Corresponden a la llamada fracción gaseosa. El más importante es el vapor de agua, que puede ser originario del magma* o provenir de aguas subterráneas, que se evaporan en contacto con el material caliente. Otros gases, como el dióxido de carbono, también se liberan rápidamente.
Se calcula que el vulcanismo es la principal causa de su existencia en la atmósfera. También se liberan el dióxido de nitrógeno y el azufre, que originan las lluvias ácidas naturales, el cloro, etc.
Como manifestaciones gaseosas del vulcanismo, se pueden mencionar las fumarolas, mofetas y solfataras.
Otras formas características son las fuentes termales, que corresponden al agua de lluvia que, al infiltrarse, se calienta en contacto con el material ígneo, se mineralizan y resurge con determinadas características. Son utilizadas en diferentes terapias curativas.
Un fenómeno muy conocido es el de los géiseres. Se producen cuando el agua subterránea se calienta hasta el punto de ebullición y el vapor que se forma se proyecta por un orificio hasta la atmósfera, junto con algo de agua y sales disueltas. Estas sales se depositan y pueden dar origen a la formación de azufre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario